Testimonios

“Un balance de nuestro recorrido como conciliadores en equidad”

Se nos ha preguntado cuál es el balance que hacemos luego de haber realizado un recorrido por los territorios de nuestras memorias y de haber recordado aquellos momentos que han marcado nuestras vidas como conciliadores(as) en equidad. También se nos ha pedido que comentemos las recomendaciones que podamos aportar a este proceso para que cada vez sea mejor; pues bien, existen varias cosas que nosotros podríamos compartir sobre esta labor que ha cambiado nuestras vidas y que a lo mejor les pueda interesar.

Lo primero es que nosotros nos sentimos muy bien y muy satisfechos porque, aunque se han tenido experiencias tristes, más han sido las cosas alegres que hemos vivido y que nos dan satisfacción porque hemos crecido como personas y hemos ayudado a las comunidades para que otros solucionen sus problemas; muchos de nosotros hemos notado como, con nuestra intervención en los diferentes sitios donde actuamos, se ha mejorado la convivencia, esto en el ámbito de vecinos y en diferentes contextos; también, nos parece interesante reflexionar y recordar el proceso vivido pues descubrimos que hacemos cosas valiosas porque esta labor es difícil y, sin embargo, seguimos aportando para salir adelante.

El balance que realizamos confirma que las cosas se pueden sacar adelante, que aunque no es una labor fácil, con voluntad se puede lograr. Además, notamos que el impacto en la sociedad ha sido positivo, esto produce mucha alegría porque vemos que la figura es más que importante y se contribuye a reconstruir vínculos.

Pues sí, el balance es positivo, aunque algunos de nosotros, muy pocos, consideran que el balance no es tan bueno porque creen que todavía no ha comenzado su labor, que hubieran podido haber hecho más y que hay mucho por hacer, uno se da cuenta que no ha sido por falta de voluntad o compromiso sino por factores que se han salido de sus manos que no han podido ejercer de la manera como lo hemos hecho la gran mayoría. Y aun así, luego de este recorrido, hay quienes están dispuestos a arrancar con ímpetu y voluntad porque cuentan con personalidad de líderes.

“El hoy de un (a) conciliador(a) en equidad”

Como conciliador en equidad, considero que el hoy visto desde los logros y dificultades está representado en varios matices. Es que lo más satisfactorio han sido los cambios que han ocurrido en mi vida personal, pues ya no soy el mismo con mis hijos y mi cónyuge, y ni se diga con mis hermanos y hermanas, y la que anda feliz es mi mamá ya que ella ve que tengo más confianza en mí mismo, no peleo tanto y dialogo más, además que he tenido un crecimiento intelectual gracias a las diferentes capacitaciones que he tomado, lo que me ha permitido entender y conocer más sobre el conflicto, las personas, los sentimientos y las emociones.

La verdad, mi vida ha cambiado, mis vecinos me respetan más y reconocen en mí una persona que sabe escuchar al otro, sienten que estoy aportando un granito de arena a la convivencia de mi barrio y mi ciudad; de igual manera, en mi trabajo me he ganado un espacio de confianza entre mis colegas, pues allí he proyectado el tema de la resolución pacífica de conflictos a través del diálogo y la concertación.

Hoy, yo sé que puedo ayudar a otros y eso me permite tener otra forma de ver la vida y que otros vean que es posible hacer cosas diferentes sin mucha inversión, pero sí con una gran cantidad de ayuda y colaboración, creo que la gente poco a poco empieza a saber de nosotros como ciudadanos valiosos que con el tiempo apoyarán el cambio cultural que necesita la ciudad ante tanta violencia.

“La situación de nosotros los promotores de convivencia hoy es satisfactoria”

Hoy, los promotores de convivencia estamos colaborando en nuestra comunidad con la difusión de la convivencia social, lo hacemos en distintos roles que desempeñamos a nivel comunitario, tales como gestor, voluntario, miembros de junta de acción comunal, entre otras formas. Con esta actividad, nosotros los facilitadores de convivencia hemos venido apoyando a través de acompañamiento y capacitaciones a nuestras comunidades para que vean la importancia hoy del diálogo y de resolver los conflictos pacíficamente.

Personalmente, hemos crecido y nuestra labor voluntaria es altamente reconocida por nuestra comunidad. A través de las capacitaciones nos hemos fortalecido como líderes comunitarios y sociales, porque uno logra hacerse entender de todas las personas y ponerlas de acuerdo para que se respeten entre ellas y lograr una mejor convivencia en la familia, el barrio o la ciudad.

Creo que hoy vivimos el conflicto de una manera mucho más positiva, sin tantas dificultades para resolverlo; el ser promotor de convivencia nos ha permitido aplicar las habilidades y destrezas que se necesitan para ayudar y apoyar a nuestros vecinos a resolver de manera pacífica sus conflictos.

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